La tecnología se actualiza y cambia a diario. La obsolescencia llega en un abrir y cerrar de ojos y la ley es renovarse o morir. Los videojuegos no pueden estar más ligados a la tecnología, pero sorprendentemente, llevan más de una década resistiéndose a los cambios. Tanto las grandes compañías como la propia comunidad se han mostrado brutalmente conservadores y tradicionales. Tras el salto de videojuegos 2D a 3D, no se puede decir que hayamos experimentado nuevos cambios tan drásticos a la hora de interactuar con el medio. Tras el Dual Shock con los dos joysticks, los mandos a duras penas han variado. Se juega con los mismos botones en 2017 que en el año 2000. Exactamente los mismos, uno por uno.