El caballero de la princesa Eiko miró con ilusión al guerrero con pesada armadura que las había salvado del Vals y que se inclinaba reverente hacia su amiga. Steiner reparó en la pequeña y la escrutó con desconfianza; recelaba de cualquier desconocido…
Las aventuras de la Principita Eiko – Ep. 73
Un mensaje para Eiko Mogu, con un trozo de pescado a medio morder en la boca, voló hacia la bola de cristal, curiosa por lo que tenía emocionada a Eiko y sorprendida a Silky. La moguri vio a Ëlen dando con el bastón al hilo del barrilete y preguntó: -…
Las aventuras de la Principita Eiko – Ep. 69
El tesoro de Silky Eiko, sentada sobre los talones con Mogu en el regazo, observaba admirada y expectante a Silky. La niña había desamarrado el bote y se encontraba a unos metros del melocotón. Con el sombrero cónico puesto, de pie miraba concentrada …
Las aventuras de la Principita Eiko – Ep. 68
El melocotón Pasada las risas con la ranita que había devorado la polilla que rondaba la farola, Eiko, a pedido de Silky, dejó que la rana regresara a los lirios con sus hermanas, y se dispusieron a seguir navegando. La niebla se había disipado, el so…
Las aventuras de la Principita Eiko – Ep. 61
Los Vals El Bonta mascó de su puro y entró a caminar furibundo a lo largo de la mesa. Confiaba en su pupila, no dudaba que Silky podría conducir con seguridad a Eiko por el bosque; con ella a cargo, ya no tendría que preocuparse por cualquier imprevis…
Las aventuras de la Principita Eiko – Ep. 56
Las preguntas de Vivi A unas horas del amanecer, con Ëlen dormida entre las muñecas y abrazada a Kero y aún sin noticias de Eiko, el Bonta se dispuso a disfrutar de un recreo de las niñas. Cayó pesado sobre la silla. En la mesa humeaba una taza grand…
Las aventuras de la Principita Eiko – Ep.41
La medallita de Silky Eiko saboreó de los restos de ciruelas que le habían quedado en los dedos; se limpió las manos y se recostó contra la pared de la madriguera de castores abandonada que Mei Ling le había hallado para dormir la siesta en un margen del arroyuelo. La pequeña sentó a Mogu en […]