Hubo un tiempo en el que toda película que se precie debía estrenarse acompañada de un videojuego homónimo. Harry Potter, Spiderman, El Señor de los Anillos… Todos tenían su versión poligonal, y siempre para todas las plataformas del momento, desde PlayStation 2 hasta móviles con Symbian. Eran un movimiento publicitario como cualquier otro, y a veces ni siquiera tenían relación con la película en cuestión, pero todo seguidor de la franquicia de moda quería hacerse con la última aventura de su héroe favorito. Si bien salieron algunas pequeñas joyas de todo esto, la inmensa mayoría eran medianías, simples y llanas medianías… Oh, benditas medianías, cómo os hecho de menos.