¡¡Feliz año nuevo!! ¿Cómo andamos por aquí? Ya están aquí, ya han llegado: tras unos días de fiebres y toses, se ha ido retrasando lo inevitable: la gala de premios anuales más irrelevante para el mundo pero, por supuesto, la más importante para este blog: y es que cuando dije que el blog volvería, iba en serio (¡de verdad de la buena!), por lo que no podían faltar los premios Rokusitos del ya pasado 2017. Este año, quizá, no ha sido para mí tan satisfactorio como otros en todo lo relacionado a lo videojueguístico pese a que quizá haya sido el mejor año de mi vida. Es curioso, porque tengo dos nuevas consolas (PS4 y PSVita) que he ido utilizando, y sin embargo… no sé. Ha sido difícil este año preparar los premios Rokusitos, no tanto por tiempo, ganas, o indecisión, sino porque han habido muy, muy pocos juegos que me hayan llegado al corazoncito fangirl durante este año, a ése lugar en el que se te mete un juego y dices: «¡ES TAN PERFECTO! ¡NECESITO QUE TODO EL MUNDO LO AME TAMBIÉN!». Pero claro, ¡claro que los ha habido! Simplemente, quizá, menos que de costumbre… y de una forma algo diferente.
Uno de los juegos de 2017 a los que más ganas les tenía. Ya lo tengo, así que a ver qué nos depara. |
Procedamos, pues, a la entrega de los premios Rokusitos 2017. Una gala llena de sorpresas, juegos muy japoneses, y las clásicas marcianadas que sólo yo he comprado. ¡Allá vamos!