Allá en los locos 70, donde los productores de la televisión eran capaces de lo mejor y lo peor, llegó a emitirse durante cuatro años la adaptación a imagen real de los comics de Wonder Woman. Linda Carter, un bellezón de la época, fue la encargada de enfundarse el traje de Diana Prince y sin ser la mejor actriz del mundo, logró ganarse el cariño -y otras cosas- del público a través de sus aventuras. Wonder Woman era y es una serie sencilla y sincera que no pretendía engañar a nadie con sus tuberías de corchopan y efectos de sonido sacados de una caricatura de los Loony Tunes. Un producto inofensivamente flojo que con el tiempo acabaría convirtiéndose en un reflejo de lo kitsch del que es bastante fácil reirse bajo una óptica actual. Pese a que las aventuras protagonizadas por Linda Carter acabarían volviéndose un material recurrente de chistes y parodias sobre el personaje (sin llegar al nivel del Batman de Adam West), en la nueva película de Wonder Woman dirigida por Patty Jenkins, durante una de las escenas más importantes podemos ver un pequeño gran homenaje a uno de los momentos icónicos de dicha serie siendo lo mejor de todo que funciona a la perfección. continue reading