
El último análisis del año en el blog no es de un juego cualquiera. El que me haya estado leyendo mientras lo jugaba en Twitter sabrá que es probablemente el texto que más me ha costado escribir desde que empecé en 2008. Aún más que proyectos muchos más ambiciosos. Journey es otro de esos juegos que te presentan dificultades a la hora de encararlo. Son piezas diferentes, que tienen el significado implícito dentro de ellos y nunca se te presenta con total claridad. Pero en el caso de este The Unfinished Swan, todo en él se hace difícil de encarar. Y cuando digo todo, es desde la primera hasta la última diapositiva de su historia.








