Cuando un aficionado al mundillo escucha el nombre de Sony, se le vienen a la cabeza gran cantidad de sagas que ya se pueden considerar clásicos de esta industria. Colosos del pasado como fueron Crash Bandicoot y Spyro, sagas nacidas en PS2 como Ratchet, Jak o Killzone, o los nuevos talentos como Uncharted y Resistance. Con el paso de los años, la compañía de Playstation se ha hecho un hueco y ha ido madurando a grandes pasos para tener una oferta amplia en todas sus máquinas.
No obstante, en los últimos años hemos visto quizá a la Sony más diferente desde que entró en esto con la ya veterana PSX. Playstation 3 no ha sido la líder de su generación, y eso ha obligado a la compañía nipona a explorar horizontes antes nunca vistos. Incluso aquellos que parecía que nunca tendrían cabida en esta industria. Y menos aún ahora. Los videojuegos de hoy, por sus extremas inversiones, tienen que apostar por lo seguro, por las fórmulas que dan resultado, y el espacio para el riesgo es realmente pequeño. Este tema lo traté con el enfoque del desarrollador japonés en mi artículo inmediatamente anterior en el tiempo a éste.