El estreno de DeadPool y especialmente toda la estúpida controversia relacionada con su calificación por edades, ha sido el catalizador para avivar una reflexión cinéfila que desde hace bastante tiempo me ha rondado en la cabeza. Una reflexión que en no pocas ocasiones he dejado caer en muchas de mis críticas pero muy rasgando la superficie. Pero creo que ahora es el momento de abordarle en profundidad tal y como se merece.
Hablemos claro: Las presiones a las que se enfrentan muchas películas para reducir su calificación final, las está matando. Así de simple. El cine actual se está enfrentando a uno de sus peores males: La autocensura por edades. Un mal que parece extenderse como una metástasis por todo el mundo el celuloide, y que devora toda película para luego dejarla hecha un auténtico desastre desprovista de su esencia original. Un mal que las propias productoras consienten y permiten. Y una preocupación cinéfila que me gustaría compartir con vosotros.
Las calificaciones por edades. Antaño, una forma de hacer saber a los padres responsables las películas que deberían ver sus hijos y las que no. Ahora, una arma hiriente de la que se aprovechan los padres más indiferentes y apáticos con sus hijos para atacar el cine y moldearlo a su gusto. Antes era una herramienta útil con la que aconsejar y recomendar a los padres responsables cuales eran las películas más adecuadas para sus hijos. Ahora en cambio esa herramienta se ha corrompido y lo único para lo que sirve es para descuartizar cine dirigido para adultos y transformarlo en un aborto sin alma ni personalidad. Pero si con la calificación adecuada para que padres irresponsables puedan llevar a sus hijos al cine y desentenderse de ellos durante el metraje que dura la cinta.
Así es el extraño mundo en que vivimos. Los padres de ahora, invierten más sus energías en protestar y criticar sin fundamento películas para adultos Y DIRIGIDAS PARA UN PÚBLICO ADULTO, que en cuidar de forma responsable a sus propios hijos. Y esta forma tan grotescamente estúpida de educación parental está repercutiendo el cine desde hace ya mucho tiempo. La explicación es bien sencilla: Toda película adulta que sea mínimamente popular, tiene todas las papeletas para captar la atención de los críos. Y si capta la atención de los críos, captará la atención de sus padres. Y esto as su vez captará la atención de la productora. ¿Empezáis a ver el patrón?
EL EQUIVALENTE AL «2 ROMBOS» ESPAÑOL EN NORTEAMÉRICA
La productora verá esto como una oportunidad única de sacarse una pasta gansa, y hará todo lo posible porque la película popular de turno que vuelve locos a los críos acabe con una calificación adecuada para ellos y así maximizar beneficios. Y por otro lado, los padres irresponsables de hoy harán todo lo posible por asegurarse de que esa peli por la que le dan tanto la brasa sus hijos, tenga una calificación más baja y así dejarlos tirados en el cine y desentenderse de ellos durante al menos 2 Horas. Y todo ello a costa del Alma de la película. De esa manera tenemos una relación simbiótica entre productoras codiciosas y padres irresponsables y quejicas que destruye las película y su esencia por completo. Pero antes de ahondar más profundamente en el tema, me gustaría daros un curso de choque sobre los sistemas de calificaciones para comprender mejor este problema.
Nosotros en España y Europa lo tenemos bien clarito cortesía del PEGI. Tanto en películas como videojuegos, todo producto de entretenimiento viene con calificaciones por edades en números. 3,7, 13, 16 y 18. Nadie puede confundirse en un número. Pero en EEUU todavía siguen con el mismo sistema arcaico de calificación que fue patentado a finales de los años 70, principios de los ochenta. El MPAA. Que tiene las calificaciones “G” (Audiencia General) “PG” (Padres Acompañados) PG-13 (13 Años con padres acompañados) “NC17” (Mayores de 17) y “R” (Restringida a Adultos exclusivamente) En otras palabras, en NorteAmérica todavía siguen con “Los 2 Rombos”. Un sistema tremendamente anticuado y lioso por el que no es sosrpresa que muchos padres se confundan.
IMAGINAROS UN REGIMIENTO DE NIÑATOS ASÍ EN EL ESTRENO DE DEADPOOL
PADRES, ESTÁIS CRIANDO A VUESTROS HIJOS DE PUTA MADRE
Mientras PG-13 por norma general significa “Menores de 13 acompañados” Muchos padres entienden por PG-13 “Déjanos tus mocosos a nosotros y la peli se encargará de ser la niñera” Y de la confusión inicial, se pasó a una creencia popular. Y de la creencia popular se ha pasado a una exigencia brutal por la que muchas películas están siendo descuartizadas. Muchos padres, y ya no solo norteamericanos, sino de todo el mundo e incluido nuestro país, tienen la falsa concepción de que en cuanto ven una película que es “Para 13 Años” Significa: “Carta blanca, déjanos tus odiosos niñatos aquí” Y ya las responsabilidades de lo que debería o no debería ver el crío van directamente hacia la película, no hacía a los propios padres. Parece estúpido (Y de hecho lo es) pero visto desde otra rubrica es la excusa más genialmente elaborada para librarse de cualquier esfuerzo y responsabilidad paterna.
Pensadlo desde un punto de vista Vago-Utilitarista ¿Qué resultaría más sencillo? ¿Educar a tu hijo en valores responsables controlando lo que ve y lo que no debería ver acorde a su edad? ¿O forzar al cine a descafeinar sus películas más adultas para así dejarle ver lo que quiera, que no dé el coñazo y tu desentenderte por completo como padre? Y esa es la fórmula de la destrucción. Así es como el cine se está desangrando: Porque muchos padres prefieren controlar el contenido de las películas que controlar el contenido que ven sus hijos. Y como las productoras saben que venderán más entradas y harán mayor taquilla con esto, no les importará diseccionar la película cacho a cacho para cumplimentar el mencionado PG-13 y maximizar beneficios.
¿QUIERES TRANSFORMAR UNA PELI ADULTA EN UNA VERSIÓN DISNEY VOMITIVA?
PUES SE UNA MADRE CHILLONA Y QUÉJATE A LA PRODUCTORA HASTA QUE TE OIGA!
Lo mejor es que se puede identificar esta problemática instantáneamente con una sola frase. Cada vez que una productora dice que “Quiere abrir su saga-pelicula a un público más general” o quiere “Moverla hacia una demografía más amplia” HUYE. Eso significa el apocalipsis. Porque lo que quieren decir es en que editarán tu peli/saga favorita hasta convertirla en un desperfecto edulcorado, descafeinado y aguado, listo para servir a un regimiento entero de niños-rata. Listo para que sus padres se desentiendan, que la productora gane millones y el único que salga perdiendo seas tú: El espectador crítico. Y no os confundáis, esto no solo ocurre en las típicas películas de superhéroes por ser el género popular que le gusta a los críos hoy día, sino también en pelis de acción, dramáticas o cualquiera que capte la opinión generalizada de la masa reaccionaria y protestante a la que llamamos “Público”
Y esto es algo muy serio, porque es un crimen que va contra la idea central de hacer buen cine. Una película es una creación personal. Es la obra del director y sus responsables. En la que no tiene que inmiscuirse nadie más. Lo quiere transmitir la película es algo tan personal y subjetivo que todo corte o censura puede arruinar el carácter central de la película. Y el proceso de descuartizado “Marca PG-13” es un experto en arruinarlo. Lento pero brutal. A base de cortes, ediciones y escenas eliminadas, poco a poco la productora va diseccionando la película hasta que no queda nada que se asemeje a la idea original que tenía el director y/o el resto de responsables. A medida que van cortando cosas, la personalidad y el carácter de la película desaparecen para convertirse en una obra pensada para público y de la productora. Y no en una obra del director y pensada por el director.
LOS MERCENARIOS 3: PG-13 VERSION
Esos macabros descuartizamientos fílmicos son universales a la hora de joderlo todo. Ningún género se salva de esta carnicería de lo políticamente correcto. Nuestra primera víctima más identificable puede ser el género de la acción. Imaginaros una película de acción pensada para audiencias adultas, editada para estar a la altura del PG-13. Lo más bello y maravilloso de esas películas son su principal atractivo: Las escenas más violentas, sangrientas y viscerales. ¿SI NO SANGRA O SE CERCENA, NO ES HERMOSO ¿ESTAMOS? ¿Y qué habrán hecho en este caso? Editarla tan fuertemente que no tendríamos muertes en pantalla, ni heridas de bala, ni sangre ni nada. Es decir, tendríamos una película de acción… Sin acción. Porque en esencia es eso. Una peli de acción sin muerte ni destrucción es como una tarta sin chocolate. Como una fiesta sin alcohol, como un burdel sin putas, como un juego de Ubisoft sin atalayas…
Otro ejemplo serían las pelis de terror. Ni sangre, desnudos, muertes en pantalla, sexo. Prácticamente solo con eso ya nos cargamos todo el género slasher. Podría seguir así todo el día, pero me dejaría la cuestión más importante al respecto. Una película adulta no la mide el grado de violencia y sexo. Una película adulta es aquella que trata temas adultos. Y si estamos ante la censura de películas de adultos, también se vienen al traste con ellas todas aquellas escenas que tratan temáticas de adultos o que requieren de una mente adulta para poder comprenderlas. Es decir, esta censura puede ser capaz de cargarse con solo unos cuantos cortes toda la temática, profundidad o meollo ulterior que quiere desarrollar. De ahí que no pare de repetir como un papagayo durante toda esta crítica que estos cortes acaban cargándose toda su esencia.
SPAWN. UN DESASTRE DE PELÍCULA CORTESÍA DE LOS CORTES PG-13
Y no solo eso, sino que dichos cortes también podrían arruinar toda coherencia y cohesión a la película. No es la primera vez que muchas escenas importantes con puntos clave para la trama o el desarrollo de sus personajes acaban siendo eliminadas por contener alguna traza de contenido adulto. Convirtiéndola de esa manera en una bazofia que no tiene sentido o lógica alguna. Muchas de las pelis más malas y atroces de la historia del cine deben esta condición precisamente a que la productora (Ya sea por la calificación u otros motivos) metió mano y acabo por descuartizar la película con sus cortes. Si no me creéis echad un vistazo a cualquier making off y escenas eliminadas de cualquier peli que se considere “Mala.” Comprobaréis que la versión del director y su visión de la película eran muy distintas a la versión que vimos en cines. Y en no pocas ocasiones la culpa recae en la manía codiciosa de las productoras por bajar la calificación y aumentar los beneficios. Todavía recuerdo lo que le hicieron a SPAWN para bajarle al PG-13
¿Y cómo se soluciona este problema? Bien sencillo: RESPETANDO EL CINE PARA ADULTOS. Y más especialmente el público adulto al que va dirigido. Las productoras deberían hacerse a la idea que “Cada cosa en su sitio” Si lo que quieren es ganar pasta a base de reunir mocosos en el cine, que produzcan una peli infantil o de adolescentes, pero que dejen mi puta película de +18 tal y como está. Y por otro lado que los padres ejerzan un poco de su responsabilidad como padres para variar y dediquen sus energías en asegurarse que sus hijos ven pelis acordes a su edad. Las pelis de adultos para adultos, y las pelis de críos para los críos. Tan simple como eso. Pero claro, es mucho más fácil destruir una película a base de cortes que producir una nueva. Es mucho más fácil desentenderse de los hijos y dejarles en la primera peli popular de turno que responsabilizarse de vigilar lo que ven. Y así es como el cine de calidad está siendo masacrado: Por la vía fácil.
MI PUTO HÉROE
Por eso gente como Ryan Reynolds son putos héroes del cine. Porque defienden la legitimidad de las películas para adultos y que los niños no deberían verlas. Defienden lo que debería ser considerado como algo normal pero que las productoras y padres irresponsables y lloricas no se atreven a aceptar. Respetad la película y el público al que va dirigido. Y no anteponer el público y los beneficios de taquilla antes que la propia película. De no ser así, el cine no sería arte, sería otro mero producto más de consumo. Y nosotros como cinéfilos debemos exigir este respeto como un derecho básico para el cine: ¡DECID NO A LOS CORTES Y MONTAJES PG-13! ¡DECID SI AL SEXO, LA VIOLENCIA DESMEDIDA Y LAS TRAMAS ADULTAS! Por el bien del buen cine, necesitamos tetas y sangre.
Bueno, esto es todo por hoy. Espero que os haya hecho reflexionar un poco sobre el estado actual de la industria del cine. Un Saludo a todos.