Hay un post del blog con el cual me sigo sorprendiendo al encontrarlo aún en las estadísticas de secciones visitadas con frecuencia, y es la Comparativa Chrome vs Firefox que escribí hace ya mucho tiempo. En dicha comparativa, para aquellos que no la pudieron ver en su momento, hacía una exhaustiva comparación de velocidades entre los dos navegadores, ganando en la mayoría de ocasiones Firefox y dejando claro que Chrome era un gran aspirante, con cosas con pulir para ser tomado en serio totalmente.
Ha pasado el tiempo hasta llegar a la situación actual. Chrome ha superado a Firefox en cuota de mercado de navegadores, gracias a un crecimiento absolutamente imparable y absurdamente grande, además del estancamiento que sufren sus competidores. Chrome, simplemente, ha sabido hacer las cosas bien desde aquella comparativa ya tan lejana, y ha logrado sorprenderme cuando no esperaba mucho más de él. Pero, ¿Qué es lo que ha hecho tan bien Chrome?
En su momento, el navegador tuvo sus ciertos errores, como una integración con las extensiones no del todo buena, y la ralentización evidente que sufría cuando se le aplicaba un tema, que hacía la navegación un poco menos satisfactoria. Por otro lado, en Firefox no teníamos ninguno de esos problemas: era un navegador ciertamente rápido, muy sólido, muy fiable y con extensiones para prácticamente todo. El candidato ideal al título que aún hoy ostenta un Internet Explorer que quiere, pero no sabe, o no puede, pues sigue sin tener la confianza de los entendidos en la red a pesar de su evidente mejoría con la versión 9.
Hoy, el que instale Chrome va a poder apreciar un par de cosas muy evidentes: el navegador se abre a la velocidad de la luz, y la carga de páginas va en consonancia con ésto. Yo he estado durante mucho tiempo utilizando Firefox, teniendo instalado Chrome en el navegador, y por una serie de inconvenientes me vi obligado a usar el programa de Google, y tengo que decir que me ha dejado totalmente fuera de juego.
La navegación se ha vuelto absolutamente cómoda con Chrome, no tiene absolutamente ninguno de los problemas que sí presentaba hace tiempo. La instalación de un tema no le supuso ningún problema, ni ha sufrido ningún tipo de ralentización más allá de las que se produzcan por culpa de mi conexión a internet. La entrada en vigor de la Chrome Web Store ha puesto orden al tema de los complementos, pero llevándolo a un nuevo nivel.
Y es que con Chrome ya no solo tienes un navegador de internet, sino también una interesante herramienta que bien puede funcionar como un sistema operativo en miniatura, más o menos lo que pretende Chrome OS, por otro lado. La tienda ofrece todo tipo de contenido, como juegos del estilo de los de Facebook, como los Mafia Wars o Fifa Superstars, pero también grandes éxitos de móvil como Angry Birds o la sorprendente aparición de Bastion, la revelación de XBLA este año. También podemos encontrar los típicos addons de navegador, como el AdBlock siempre útil para bloquear la publicidad, WOT, para conocer la valoración de los sitios, o la reconversión de nuestra barra de navegación en una twitter bar.
Podemos decir que Firefox ya ofrece, en parte, todo esto. Pero esa es quizá una de las grandes distancias que ha cubierto Chrome. Ya no puedes decir que Firefox ofrece una gran característica diferenciadora respecto a su competidor. Están igualados en este aspecto, podemos encontrar versiones de las extensiones para ambos navegadores, y lo más importante, Chrome no sufre como antaño al instalarle el mismo número que tenía en Firefox (tampoco vamos a instalar toda la tienda, que el navegador tiene un límite).
En la apertura de una nueva pestaña, podemos optar por ver las webs más visitadas, a modo de favoritos rápidos, o por el contrario tener acceso a nuestras aplicaciones instaladas, que en algunos casos pueden ser accesos directos incluso a servicios de Google, que facilitan mucho la vida. La web del buscador más famoso funciona evidentemente mejor en Chrome a todos los niveles, dando la sensación de que Instant carga más rápido, o que Google + va más fluído que en otros navegadores. Para el que use Google habitualmente, es una apuesta segura.
La carga de páginas de forma general está también muy mejorada. Usualmente yo visito Twitter, Meristation, y alguna que otra web más. La que no carga instantáneamente, lo hace al cabo de pocos segundos. El saltar de un subforo a otro de Meri es más cómodo que antes, el posteo se hace bastante más ágil, y el navegador no se resiente al abrir muchas pestañas para ver varios post de mi interés. En cuanto a Twitter, en Firefox notaba ciertos tirones al refrescar el timeline, cosa que en Chrome ocurre de manera mucho más natural.
La carga de vídeos de Youtube en Chrome ha supuesto no haber sufrido ni un solo bloqueo desde que lo estoy usando. En definitiva, he encontrado un navegador que tiene justamente lo que pedía en Enero de hace dos años «Chrome fue mucho tiempo mi primera opción, y espero que mejore lo suficiente para que vuelva a serlo». Puedo decir sin miedo que lo ha conseguido, y con creces. Ese Chrome 4.0 se ha multiplicado por 4, tanto en número de versión como en prestaciones, estabilidad y rendimiento. Un navegador que es digno de su actual posición en el mercado.
Sin embargo, he de decir que no le habría hecho caso alguno si no llega a ser por los deméritos de Mozilla Firefox. El navegador del panda rojo me está preocupando desde que se pasó al nuevo modelo de desarrollo de versiones a un ritmo enloquecedor, que siempre me han terminado dejando igual que con la anterior…pero aportado fallos nuevos. Y es que Firefox está debilitándose ligeramente, y ya no es la roca pulida que era.
De un tiempo a esta parte me he encontrado con bloqueos incomprensibles en el navegador, que bien pueden ocurrir en Meristation o en Google Imágenes. El navegador simplemente, parece decir basta, y me hace tener que reiniciarlo. Ha sido al tener que pasar a Chrome cuando he visto sus otros fallos, que había pasado por alto considerándolos como lo normal.
Es mucho más lento que Chrome, y no estamos hablando de carga de páginas. El inicio del navegador, así como la transición entre pestañas, o la navegación por los favoritos. Todo se hace bastante más pesado. Si pasamos a la carga en sí, encontramos que Firefox ha dado la vuelta a la tortilla, logrando que todas las páginas tarden más en cargarse que en Chrome, de media unos 3-5 segundos más, en ocasiones más, convirtiéndose en un navegador que, con mucha carga de trabajo, no aguanta lo que debería.
La nueva política de versiones no está resultando nada beneficiosa. Antes, te encontrabas con un navegador mucho más funcional, y si tenía algún fallo puntual, era rápidamente arreglado. Ahora, las versiones heredan fallos y funciones, son casi idénticos y sus mejoras internas no parecen casi notarse, si bien ha dado un buen paso adelante en las versiones recientes. También es inquietante que el mayor financiador del navegador sea Google, y la renovación del acuerdo solo significa que Mozilla sigue teniendo su calidad porque el gigante de los buscadores quiere.
Probablemente, en dos instalaciones totalmente limpias y libres de toda carga, Chrome aporte una mayor velocidad, si bien Firefox sigue manteniendo el tipo en muchas ocasiones. Pero en el uso del día a día, Chrome ha resultado ser una opción mucho más interesante y cómoda de lo que ha sido Firefox estos dos años (en el momento de la anterior comparativa, Firefox pasó a ser mi opción principal hasta el 23 de Diciembre de este mismo año, cuando pasé a Chrome). Siempre es interesante mantener dos navegadores instalados por lo que pueda pasar, y Chrome y Firefox son sin duda alguna las dos mejores opciones.
En cuanto a cambios reseñables en ambos desde esas antiguas versiones, podemos destacar la barra «a lo Opera» de Firefox, que ha adaptado su interfaz para parecerse a ese navegador. Desde el renovado botón Firefox tenemos un acceso mucho más rápido a los marcadores, al historial…ambos presentados de una manera similar y ampliables si fuera necesario. La barra de marcadores sigue funcionando como siempre, y ya no existe una eterna barra inferior que te indica los cambios en las páginas, apareciendo solo en ocasiones puntuales. Por lo demás, el núcleo del navegador sigue siendo el mismo, si bien sería muy interesante tomar la forma de las descargas que tiene Chrome, necesitando de un complemento para ello.
Respecto a Chrome, es básicamente el mismo navegador que hace 10 versiones, pero con un renovado comportamiento. Sería muy interesante que las opciones de favoritos, marcadores o todo lo necesario para hacer con el navegador, no se encontrase tan escondido en esa llave inglesa, pues a veces te cuesta buscar cómo arreglar cierta cosa. El acceso y gestión de tus extensiones, temas…tampoco es tan directo como lo es en Firefox, y quizá serían los puntos más a mejorar para el navegador, porque en lo referente a pestañas (muy fluídas, procesos independientes que no bloquean el navegador en su totalidad) o acceso a páginas más visitadas, es muy bueno.
La gran asignatura pendiente de los dos quizá sea la RAM que consumen. Solo ahora mismo, con los dos abiertos, Chrome está consumiendo casi la memoria RAM que tenía mi ordenador antiguo, sobre 512. Firefox está ahora mismo en 90, pero si abriera las mismas pestañas que en Chrome darían resultados similares. En los ordenadores sobrados de RAM no es problema, pero se debería intentar que el consumo no fuera tan exagerado. En Chrome es fácil de aislar porque cada pestaña consume por separado, pero Firefox lo une todo en el mismo lugar.
¿Cual es, pues, el veredicto? Quizá totalmente contrario al que fue hace ya casi dos años. Google Chrome es, a día de hoy, la mejor opción que se puede elegir a la hora de navegar. Una gestión de pestañas exquisita, una velocidad de navegación superlativa hasta en páginas de alta carga, opciones cómodas como la traducción de páginas automática, y el tener a Google detrás, hacen de él una opción muy recomendable. Falta ver si se atreven a llevar esta experiencia a los móviles Android e integrarla totalmente.
En cuanto a Firefox, necesitan cambiar ligeramente la dinámica que están llevando. Su navegador es una opción muy sólida, sigue siendo muy popular y tiene mucha atención, pero está evidenciado las primeras señales de agotamiento que, si no las corrigen, pueden hacer que termine cayendo en cuota más aún. Mozilla debería replantear ligeramente su política actual de versiones y realizar mejores gestiones en lo referente al tratamiento de las pestañas, mejorar la velocidad y arreglar la estabilidad, pues el navegador desfallece en ocasiones, y eso, si por ejemplo me alcanza escribiendo en el blog, puede ser fatal. Sigue siendo quizá de las mejores opciones para navegar y es recomendable tenerlo instalado, pero Chrome le ha pasado por encima en casi todo.
¿Podrá Chrome con Internet Explorer? El navegador de Microsoft sigue siendo, sorprendentemente, el que más cuota de mercado tiene a pesar de ser, quizá, el peor de los contendientes en juego. Mozilla le ha dado mucha guerra, y la aparición de Chrome ha supuesto una mejora enorme que quizá Microsoft nunca habría ejecutado si no llega a ser por su competición. Tal vez dentro de dos años la situación vuelva a cambiar, o haya nuevos competidores en juego. Pero, hoy por hoy, Chrome ha comenzado un reinado que tiene a Mozilla como príncipe, un rey destronado que tiene el talento y los medios para recuperar su trono si se lo propone.
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Un saludo.