Una nueva generación de consolas comienza a aflorar, y con ella, toda una serie de ilusiones de los jugadores acerca de las posibles IPs que vendrán a sorprender (o decepcionar). ¿Saldrá una secuela de aquella saga olvidada que tanto me gustaba? ¿Respetarán el nombre de franquicias milenarias? ¿Sabrán sacarse de la chistera nuevas y apasionantes licencias? Toda una serie de preguntas que pueden responderse entrando en el terreno de la especulación, en el qué es posible, de acuerdo a las propiedades intelectuales que poseen las compañías, que aparezca. Y, en ese sentido, Microsoft tiene un argumento bastante sólido para que su cuestionada One cubra muchos frentes.
Es cierto que la compañía de Xbox es la menos veterana de este mundillo, pero ha realizado en los últimos años una fuerte inversión en estudios (ya sea, adquiriendo o creando nuevos) para tener una posición muy ventajosa, algo que en el ocaso de 360 (apenas tirando de Gears, Forza y Halo, con algún que otro Fable) no ha disfrutado, comiéndole Sony con su Playstation 3 todo el terreno a base de lanzar juegos de todos los colores, tanto nuevas y frescas ideas como viejos nombres reinventados. ¿Puede Microsoft competir contra la variedad creativa de la compañía nipona? Echemos un vistazo a qué es lo que tiene, para saber lo que podría poseer Xbox One de aquí al final de su vida.
Empezar por los pilares del sistema es tirar por lo fácil. Las sagas Halo y Forza Motorsport son quizá dos de los mayores baluartes de los que goza Microsoft y que mayores beneficios les reportan. En manos de 343 Industries (tras la marcha de Bungie) y Turn10, respectivamente, verán dos entregas en Xbox One casi con total seguridad. El Jefe Maestro quizá deba esperar un poco, pero no dudamos en absoluto que, quizá el próximo año, veamos un Halo 5 entre nosotros. Forza 5, por otra parte, ya está a la vuelta de la esquina. Tener franquicias fuertes y seguras es siempre un gran valor mientras no se caiga en la sobre-explotación, que suele conllevar pérdida de calidad.
Tampoco podemos dejar de lado a Fable, que siempre ha sido tremendamente cuestionada por la irreverente fábrica de humo que ha sido su creador Molyneux. Pero éste ya no está en Lionhead, explorando nuevas ideas en su estudio indie 22cans, pero lo mostrado de Fable Legends demuestra que no solo la franquicia puede tener una oportunidad en el rol occidental, sino que es capaz de recuperar las cotas de calidad de la primera entrega aunque tenga un estilo totalmente diferente. Siempre se ha ninguneado a Fable, y creo que esta nueva incursión sin el gurú que la creó puede llegar a buen puerto.
En la vertiente más familiar y arcade, Microsoft cuenta entre sus filas con el estudio que adquirió hace poco tiempo, Twisted Pixel, responsables de Xplosion Man y el ahora mismo en desarrollo para 360 y One Lococycle. Tampoco hay que quitarle el ojo de encima al que, personalmente, es el juego más interesante con el que la nueva consola de Microsoft contará, y no es otro que Project Spark, esa suerte de cajón desastre donde se puede hacer de todo e idear toda clase de proyectos. Little Big Planet, a mi gusto, fallo en este aspecto, lo que me hace estar muy pendiente de este juego.
Igualmente, su nuevo estudio Black Tusk está trabajando en un juego totalmente nuevo, aparecerá Killer Instict tras muchos años (aunque el tratamiento tan extraño que está sufriendo no es que me alegre demasiado, siendo algo así como el laboratorio de prueba de fórmulas comerciales nuevas), además de contar con socios third party en exclusiva como Capcom con Dead Rising 3, Insomniac con Sunset Overdrive o Remedy con Quantum Break (que, todo hay que decirlo, pinta muy bien). Sin embargo, este artículo quiere llegar un poquito más allá, entrando en el terreno de la especulación y del «qué podría hacer Microsoft si quisiera». Y en eso podemos encontrar bastantes sorpresas que hacen preguntar por qué en Redmond no ponen en marcha proyectos con las numerosas IPs que poseen en su cartera.
El nombre propio fundamental en toda esta ecuación es Rare, esa compañía que tantas alegrías dio en los 16 y 32 bits y que tanta pena da hoy en día, relegada a juegos menores de Kinect y otras funciones. Pero no es tanto lo que me importa la calidad del estudio, sino las potenciales IPs con las que cuentan y cómo podría administrarlas Microsoft en estudios competentes en esos géneros (como ha hecho con la saga KI), ya sean propios o externos subcontratados. La lista cubre algunos que la compañía ya ha usado con más o menos acierto, como Banjo, Perfect Dark o Kameo, pero hay muchos otros que no reciben tanta atención.
El primer nombre que se me viene a la cabeza es Battletoads, una franquicia que en NES y SNES gozó de una salud envidiable y una jugabilidad beat´em up muy bien lograda, salteada con toques de humor. Un juego de acción 3D con un cell shading envidiable y movido por el potencial de One podría ser una opción más que interesante para esta saga, aunque tampoco vería con buenos ojos un juego en scroll 2D, que es lo que siempre ha sido, para el Xbox Live de la nueva plataforma. Es una IP de un género muy de moda en esas plataformas (con representantes como Castle Crashers o Scott Pilgrim) y que, si se hace bien, los jugadores sabrían apreciar.
Blast Corps, un juego irreverente de demolición que salió en N64, también podría tener su espacio en las plataformas digitales, pero no lo veo un producto por el que Microsoft fuese a apostar por ser tan minúsculo. No se puede decir lo mismo de un Conker que ya ha asomado la patita en la Xbox original, y en 360 con un curioso estilo FPS. Ya que es un género tan aprovechado, no se cómo podría funcionar en el mercado uno protagonizado por una ardilla alcohólica y malhablada, pero sin duda, algo de ruido terminaría haciendo.
También cuenta con la IP Jet Force Gemini, la cual tuvo una genial aparición en N64, aunque ese juego fue, creo, financiado por Nintendo, aunque aparece listada en mis fuentes como una IP propiedad de Microsoft. El problema que se encuentra en todas estas sagas (y otras de Rare, como Grabbed by The Ghoulies, la vetusta Wizards & Warriors que yo creo que terminará saliendo viendo ese vídeo de la presentación de One, o Kameo) es que tienen una ambientación bastante «cartoon» y poco adulta, alejado de la imagen que suele dar Microsoft en los videojuegos. Pero todas ellas han demostrado en el pasado estar cargadas de buena jugabilidad, y yo consideraría un error no explotarlas de algún modo.
Tampoco podemos dejar de lado un nombre muy recordado de los inicios de 360, como Project Gotham Racing, de la desaparecida Bizarre y considerado por muchos una saga mucho mejor que Forza, ya que su jugabilidad era lo suficientemente diferente como para resultar atractiva (recuerdo haber visto comparaciones con GT5 Prologue que lo ponían muy por encima), pero que Microsoft ha olvidado totalmente, siendo quizá una de las mejores noticias que podrían recibir los seguidores de la conducción (y viejos «xboxers» que llevan con la marca desde el principio).
Me pregunto, igualmente, lo que en Redmond podrían hacer con Age of Empires, una de las sacas emblemáticas de la estrategia en PC, si se lanzase una entrega en Xbox One. Quizá fuera de las que más debieran aprovechar smartglass, ya que un mando con los RTS no se lleva bien (y Halo Wars fue una demostración, pese a su buena voluntad). El problema es que el estudio que los hacía ha cerrado tras un discreto Age of Empires Online, pero la versión HD del mítico 2 yo aprovecharía para lanzarlo y probar alternativas en la plataforma (quizá con crossplay en PC).
En las IPs que yo no creo que veremos nunca más incluiría Nightcaster y Blinx, dos juegos, de acción y plataformas respectivamente, aparecidos en la primera Xbox y acogidos de forma muy pobre. Tampoco esperaría un Kameo 2 tras cancelar lo que Rare estaba haciendo al respecto (siendo quizá los mayores errores cometidos por Microsoft, el cortar las alas y las ilusiones a este estudio que tan talentoso fue). Me gustaría también ver un nuevo Phantom Dust, uno de los juegos más brillantes de la primera Xbox (aunque Crimson Dragon no es mal representante de Futatsugi, director de Panzer Dragoon).
Como podemos ver, Microsoft posee IPs más que de sobra, cubriendo desde la lucha (Killer Instinct), a las carreras (Forza y PGR), pasando por las plataformas (Banjo), el rol occidental (Fable), los shooters (Perfect Dark, Halo, Conker…) o la acción (Crackdown, Battletoads, Grabbed by The Ghoulies, Kameo…), así como sagas mas casuales (Lips, Kinect Sports…). Si quisieran, podrían presentar un line-up first, sumando nuevas IPs (como Quantum Break, lo de Black Tusk o Project Spark) y viejas glorias, capaz de competir con el poderío de Sony en ese aspecto y no tener que depender de tres franquicias estrella.
Quizá necesite más sagas en géneros como el JRPG (cuenta con Blue Dragon o Lost Odyssey entre sus proyectos financiados, pero no con los equipos para llevarlos a buen puerto) o las aventuras gráficas (Alan Wake es algo, pero no es todo) y tampoco apuestan mucho por géneros minoritarios, pero la parte digital con Twisted Pixel y sus exclusivas Arcade lo tiene bastante bien cubierto (siendo Xbox Live la mejor plataforma digital en consolas, pese a que Sony ha igualado bastante las cosas) y siempre está dispuesta a cubrir sus carencias con financiaciones de sagas (como Gears of War, Sunset Overdrive o Dead Rising).
El que apueste por Xbox One en la siguiente generación posiblemente cuente con muchas cosas. Pero sería bastante mejor poder contar con todo lo que Microsoft podría aportar, si ponen sus miras en el jugador y no en el dinero fácil, como ha sido la tónica con Mattrick estos últimos años que tanto han decepcionado y deteriorado a la marca. En Redmond tienen la oportunidad de redimirse, y tienen argumentos de sobra. La cuestión es que quieran utilizarlos.
Gracias por tu tiempo, y por leer el artículo.
Un saludo.