Análisis: Osu! Tatakae! Ouendan! 2

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No es ningún secreto a estas alturas que uno de los géneros de videojuegos en los que más me motivo por adquirir lo máximo posible y dedicarme a exprimir las propuestas es el musical. Muchos han sido los juegos de este género que han pasado por mis manos, desde un vetusto Dance Dance Revolution del Libro de la Selva, pasando por los Singstar (donde, todo hay que decirlo, tengo menos maña), los Guitar Hero, o los Hatsune Miku Project Diva. Pero todo interés por algo tiene un inicio, un punto de partida donde realmente dices «hey, este género merece la pena, voy a dar más de mi con él». Fue así con Spyro en los plataformas y con Pokémon Azul en los JRPG. El representante de los musicales vino directamente de Japón.

Tuve la oportunidad de ver en la DS de un amigo el juego Osu! Tatakae! Ouendan! original, que me recordaba mucho a otro que había estado dejando de lado tremendamente, Elite Beat Agents. Lo estuve probando, y cai a las cinco notas. Me bajó la dificultad a Hard y pude volver a intentarlo. Decidí entonces que debía disfrutar este juego, cosa que pude hacer apenas un año después en la que fue una de las primeras importanciones que hice. El juego de iNis fue seguido por su secuela, Moero! Nekketsu Rythmn Damashii Osu! Tatakae! Ouendan! 2, que es la que hoy analizamos más como representante definitivo de ambas experiencias que como juego individual. Salvando el mundo a través de la música.

La premisa del juego es bastante sencilla. Nosotros formamos parte de un equipo de animadores (Ouendan) cuya misión en el mundo es ir en busca de personas (o incluso animales, juguetes, y hasta la señal de cobertura) que tengan alguna dificultad que por sí mismos no puedan salvar. Tocando una de las múltiples canciones y bailando al ritmo de las coreografías, les daremos el impulso que les falta para que consigan sus objetivos. En esta ocasión, el mapa del juego se reparte entre dos grupos rivales, el habitual Ouendan rojo, y unos nuevos azules con una apariencia más majestuosa.

Las historias que se nos presentan son bastante variadas, pues podemos encontrar desde un antiguo estudiante que se postula para su primer trabajo (y al que ya ayudamos en el juego original a graduarse), un comerciante que trata de hacer negocio en un planeta extraterrestre, o una muchacha que trata de ganarse el favor de su jefe aún siendo un poco torpe, pasando a otras tan estrambóticas como ayudar a una pareja de juguetes de cuerda o a un niño a vencer a los virus. Realmente, son pequeñas ambientaciones bastante graciosas y auto-explicativas, no importando que se encuentren en japonés para entenderlas.

A base de ir superando las canciones, veremos como superamos pequeñas secciones del problema planteado (o quizá no lo logremos) hasta llegar a la conclusión en la que, si todo ha ido bien, veremos a nuestro amigo vencer a su problema totalmente, habiendo cumplido nuestra misión con éxito y pudiendo ir a por las siguientes. No estamos hablando de tramas especialmente elaboradas, pero siempre en esta saga han destacado dos, que son una canción balada, que en este juego va de una patinadora que quiere honrar la memoria de su amiga muerta, y la final, donde debemos salvar al planeta de la glaciación. Una por emocional, y otra por épica, brillan con luz propia en el conjunto final.

Luego, entre el resto de temas, cada quién tendrá sus favoritos, ya sea por la propia historia que presentan o por la calidad del tema que se interpreta. A mi me gustaría destacar una de las más difíciles, en la que debemos encarnar a una señal de cobertura para entregar un mensaje de amor, bastante humorístico, y la canción balada (si bien es quizá la menos emotiva de los tres juegos de esta saga, la historia está cargada de bastante sentimiento). No debemos olvidar que su misión no es en ningún caso ser una trama a la altura de un JRPG, pero ambientan lo suficiente para no desentonar y darnos una motivación para que disfrutemos más los temas.

El apartado gráfico es, simplemente, bastante correcto, sin hacer demasiados alardes técnicos pero ofreciendo un conjunto cargado de humor y un marcadísimo estilo anime que lo dota de mucha personalidad. Las introducciones y canciones se narran en formato de viñetas, mientras que el entorno de juego está en 3D, con efectos gráficos suficientes como unas llamas en 2D o los círculos de colores. Quizá lo más destacable sean los modelados de los personajes, a una calidad comparable a lo mejor de la máquina, pero lo cierto es que vamos a tener poco tiempo para fijarnos en estos detalles y, francamente, son absolutamente nimios en la experiencia final.

Como puntos poco destacables aquí, estaría el menú de selección de canción, en 3D y un poquito lento en la transición, si bien los menús son lo suficientemente claros y accesibles para que, sin saber ni un poquito de japonés, seamos capaces de manejarnos con ellos a la perfección y terminemos logrando todo lo que nos propongamos, desde elegir dificultad, tocar la canción que queramos o guardar repeticiones. El espíritu del juego es marcadamente 2D con los tintes suficientes de 3D para no desentonar. Inis no ha apostado por la ambición sino por la practicidad, y en los juegos musicales no es necesario hacer muchas virguerías porque la atención se va a desplazar de ello y se centrará en lo jugable y lo sonoro. Algo en lo que Ouendan! va muy pero que muy bien servido.

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La selección de temas del juego es tremendamente variada, centrada más en el JPop que en otros géneros, aunque el JRock tiene cabida también en algunos de los temas más complejos del juego.  Tenemos un total de 16 temas de historia y otros 3 desbloqueables mediante la subida de rangos al completar las canciones. Cada uno de esos temas se va desbloqueando por secciones, y al superar todos los de una sección se abre la siguiente, así hasta el combate final. Como ya he dicho, el pilar de un juego musical debe ser la selección de temas, y este Ouendan! 2 está orientado de manera clara y radical al gusto japonés, un poco menos que los Hatsune Miku, pero igualmente difícil de tragar para alguien que no sea fan de este tipo de música.

Respecto a la selección en sí, tiene algunos temas tremendamente brillantes, como Samurai Blue, Glamorous Sky o los dos temas finales, y otros bastante olvidables como Shonen Heart o Go My Way. Destaca especialmente el hecho de que son temas de grupos conocidos por aquellos lares, como Porno Grafitti (autores del 1º opening de Full Metal Alchemist, que de hecho tuvo a Ready! Steady! Go! como tema estrella en el primer juego). Mi favorito de toda la selección es VISTA, pero, como siempre, aquí los gustos personales entran al valorar si esta OST o la del primero (que tiene temas como el genialísimo Melody, el mentado Ready u Over The Distance), e incluso la de Elite Beat Agents, su adaptación occidental (con temas como ABC, Makes no Difference o Jumping Jack Flash).

La única cognotación negativa de la OST es quizá que son adaptaciones y no las versiones originales de sus autores, y que los altavoces de DS no den para más a la hora de escucharlos, por lo que se recomienda encarecidísimamente al inicio que nos pongamos cascos, convirtiéndose en una experiencia digna de ser disfrutada y que yo recomiendo a todos. Os dejaré a continuación con la selección de los que considero mejores temas de esta entrega. Si hoy saliera otro juego de la saga, pocos dudamos que el DLC sería clave, pero, para 2007, 19 temas fue algo bastante amplio y no se echa en falta más cantidad.

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En cuanto a la jugabilidad que soporta todo el conjunto, es, a título personal, la mejor que jamás he podido disfrutar en juego musical alguno. Se basa en tres premisas claras: los círculos normales, los cuales debemos pulsar justo cuando una circunferencia menguante se cierra sobre él, los slider, que debemos acompañar con el lápiz en todo su recorrido, soltando al final del mismo, y los destructores de pantallas táctiles, los spiner, que debemos completar haciendo maniacos y veloces círculos con nuestro lápiz. Todo el juego se juega en la pantalla inferior de DS, y el objetivo es claro, conseguir acertar el máximo posible de notas (con 3 niveles de acierto, 50, 100 y 300) para evitar que una barra de ritmo baje a 0. Hay que mantenerla por encima de un nivel para superar las secciones y, al hacerlo, superamos la canción con una calificación (de F a S).

Dependiendo de la dificultad, los círculos se cierran más o menos rápido y son más o menos grandes. Todo hay que decirlo, las dos primeras dificultades son poco representativas de lo que el juego puede ofrecer, y aún en Hard al juego le sigue faltando algo. Es en la última dificultad, Animadora, cuando realmente sientes que estás jugando a un juego musical japonés como tal. O te aprendes la disposición de las notas y la canción, o estás muerto, porque la velocidad a la que pasan las notas es elevadísima, y a veces el juego intenta hasta engañarse en algunas secciones para que te equivoques.

Al superar los temas, se nos dará la opción de guardar una repetición de los mismos, teniendo espacios suficientes para guardar una por canción. Cuando superamos todos los temas que tenemos disponibles, se expande el mapa y podemos tocar más temas. Esto es dependiente de la dificultad, es decir, si superamos un tema en fácil, no lo hacemos en normal. Creedme cuando digo que es más difícil superar el modo Fácil que el Animadora, especialmente si ya estás muy acostumbrado a jugar a este juego.

Contamos también con un pequeño añadido que son los rangos. Al conseguir batir una marca de puntos, podemos obtener un determinado rango (en japonés) que nos desbloqueará jugosos extras, especialmente las canciones extra que tanto destacan sobre el conjunto general, entre otros elementos solo para gente realmente ducha en estos juegos, como ocultar los círculos. También se ofreció en Japón la posibilidad de descargar por wifi a los Elite Beat Agents como personajes jugables, sustituyendo a los particulares Ouendan, algo que causó sensación en su momento.

Respecto al Ouendan anterior, se ven muchas novedades, como la posibilidad de saltarnos las largas introducciones (algo que en Ready Steady Go era tortuoso, pues fallabas muchas veces y debías ver la intro una y otra vez) y un ritmo de juego un poco más rapido, así como más claridad a la hora de ver más notas y mucho más ingenio a la hora de hacer sus disposiciones. En la versión de PC, el juego indie Osu!, hay muy poquitos temas que sean capaces de ofrecer este grado de ingenio e integración canción-nota. También se nos ofrece un multijugador competitivo, con historias únicas, como una competición de fútbol, que dotan al juego de una pequeña dosis extra que realmente, con sus 4 dificultades, cubre sobradamente.

Lo fundamental de este Ouendan es que es tremendamente adictivo. Se puede convertir en una obsesión y todo un ejercicio metódico el superar los temas, memorizando disposiciones, notas y canciones para lograr el resultado óptimo. Tardé cerca de dos años y más de 300 horas de juego en conseguir el All 300 (todas las canciones perfectas) y el máximo rango posible. El juego se puede superar en apenas 2 horas por dificultad, pero dejarlo ahí sería hasta triste. Los temas extra, los modos de juego como círculos ocultos, la tremenda rejugabilidad, el superar nuestros récords…convierten Ouendan en una experiencia que es capaz de durar toda una generación sin cansancio, y la experiencia de juego musical que me abrió las puertas del género de par en par. Aún sigo buscando algo capaz de igualarlo. Probablemente, solo pueda ser un Ouendan 3.

NOTA

Historia: Tiene lo suficiente para ambientar las canciones, y realmente no es un aspecto relevante a la hora de valorarlo. Mezcla tramas bastante divertidas con otras emotivas, así como momentos desternillantes en prácticamente la totalidad de ellas. Tanto este juego como los otros de la saga siempre destacan por ello, y dotan de un plus a la hora de disfrutar las canciones. (-)

Gráficos: Tiene un marcado estilo cómic con pequeños toquecitos 3D que tienen luces, como los modelados de los personajes, y sombras, como el mapeado del juego, que es un poco irregular. Por lo demás, las historias manga están muy bien dibujadas y reúnen todas las expresiones y clichés del género japonés. Muy colorido y con un rendimiento técnico sólido como una roca. (8.75)

Sonido: Debe gustarte la selección musical para disfrutarlo. Si es tu caso, Ouendan 2 ofrece una variedad tremenda de JPop, JRock y grandes grupos (con adaptaciones del juego). Tendrás temas que ames y otros que odies, pero el conjunto es tan sólido y disfrutable que es imposible ponerle ninguna pega, ya que incluso los efectos de sonido se mimetizan con la experiencia y lo hacen alcanzar un nivel superior. Sin duda, tendrás una OST favorita, pero las tres de la saga son geniales. (10)

Jugabilidad: La perfección hecha juego musical. Reúne adictividad, una amplia variedad de rangos de dificultad para que hasta el que nunca ha tocado un juego de este estilo lo disfrute, y el más avezado se desespere buscando más y más retos. Un buen estilo de progreso desbloqueando temas, los rangos y los extras le otorgan el plus definitivo a la hora de jugarlo hasta la extenuación. Es un juego capaz de enganchar a un género, por lo que todo lo demás, sobra. (10)

Otros: Desbloqueables, modos extra como círculos ocultos, cuatro dificultades, un modo multijugador competitivo…hay poco que reprochar al juego en este aspecto, que hasta ofrece la posibilidad de guardar repeticiones de las jugadas. Su idioma japonés no es impedimento alguno para llegar a jugarlo, quizá sí para entender las historias, pero a la hora de la verdad, es una barrera muy salvable. Un juego de estas características con más temas sería la experiencia musical definitiva. (9.75)

NOTA: 9.7/10


Jugar Ouendan, o su secuela, o Elite Beat Agents si lo tenéis a mano. Pero es, sin duda, si no el mejor, uno de los mejores que te puedes echar a la cara en Nintendo DS. Jugabilidad solidísima, grandes prestaciones y una OST tremenda es la seña de identidad de una saga que está un poco en el olvido, pero que en PC sigue muy viva gracias al juego indie Osu! que, si bien simula bien el estilo, se queda corto al no contar con el componente táctil. Ouendan es un juego capaz de romper pantallas, descargar baterías y generar muchas satisfacciones. Hay poco que pueda decirse de los grandes juegos, más allá que todos deban disfrutarlos.

Gracias por tu tiempo, y por leer el artículo.

Un saludo.

JC_ADXAnálisis: Osu! Tatakae! Ouendan! 2

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