Recuerdo perfectamente que a pocos meses del lanzamiento de Final Fantasy XV en 2016, la gente empezó a asumir más o menos de buen grado que todo estaría basado en el transmedia. Es decir, que para conocer todo el trasfondo o ‘lore’ de este nuevo videojuego, debíamos atender a muchos otros contenidos satélite que abordarían otras tramas, fuera del videojuego principal. Parecíamos hechos a ello, convencidos y la mayoría, dispuestos a entender. Pero algo ha pasado en estos 8 meses…