Hace casi un año que publiqué la primera parte de esta entrada y ahora me ha dado, será el calor, por publicar la siguiente. Ya hablé de algunas de las experiencias que tuve tras varios años ininterrumpidos de jugar a uno de los MMO más famosos y populares a nivel mundial y que a fecha de hoy sigue en activo.
En esta ocasión venga a poner algunas de las razones por las que decidí dejar de jugar, ya no sólo por la cantidad de horas y horas que invertí en él, restándomelas para hacer otras tantas cosas que me gustaban también o, simplemente, de relacionarme con mis seres queridos. Y es que el WoW tiene unas desventajas o cosas malas a tener en cuenta.
[Experiencias y reflexiones] Sé que me quedo sin la taza de Chip gracias a los buitres
He de admitir que llevo meses detrás de esta preciosa tacita de Chip, ya sabéis, el hijo de la Sra.Potts de la Bella y la Bestia. Este producto de Primark ha tenido un enorme éxito y es por eso por lo que, cuando la conocí, me dió la sensación de que iba a ser todo un desafío conseguirla… pero tras ver el panorama, veo con rabia e impotencia que me voy a quedar sin ella.
A todo aquel que piense que soy una niñata que está llorando por una taza que vale 5 € se puede ir inmediatamente del blog y que se ahorre de ponerme nada en los comentarios. Sólo estoy exponiendo un pensamiento que siempre he tenido pero aprovechando el tema de la susodicha taza, digamos que es una excusa para hablar de algo que siempre me ha rondado en la cabeza.
[Experiencias]: Trabajar cara al público: Cómo sobrellevar la época navideña y rebajas y no morir en el intento
Entre momentos de estrés durante la jornada laboral y tras leerme una guía de supervivencia que nada tiene que ver no he podido evitar pensar con humor en desarrollar una entrada combinando ambos temas. Bien, sé que si digo el tiempo que llevo trabajando de cara al público muchos os reiréis en mi cara pero realmente lo considero más que suficiente para dar unos ciertos consejos tanto si estáis en el bando de los que atienden como en el de que sois atendidos.
Puesto que mi máxima es que, independientemente de nuestro trabajo todos y todas somos clientes, por lo tanto tenemos que ser capaces de tener un mínimo de empatía en cualquiera de los dos roles. O eso creo yo. Y más si trabajas o has trabajado cara al público. Actualmente es mi caso, aunque ahora he probado el lado telefónico también he estado en primera línea en tienda (primeras navidades, aunque no primera campaña).
Currar de cara al cliente está considerado uno de los trabajos más difíciles, cargantes y estresantes que hay, aunque a mi se me ocurren otros tantos que podría calificar como «me dan miedo», pero eso es otra historia. Curiosamente es también de los trabajos más «esclavistas» porque yo creo que cuanto más te quema algo más descanso deberías tener. Pues no.
En la entrada se incluirán anécdotas propias y adquiridas – esto es, que me las han contado otras personas – y evitaré citar ningún nombre. Todo tendrá cierto toque de humor pero también intento aleccionar un poco y dar qué pensar, con un poco de suerte, para cambiar o mejorar ciertos hábitos que tenemos en muchos casos.
¡Se avecina tocho powah!
Nota: recuerdo, todos los casos expuestos son reales (vividos por mí o documentados por mí)
Reflexiones: Mi experiencia con el WoW (Parte I) – Cosas positivas
¿Cómo es que no se me había ocurrido hasta ahora de hablar precisamente del juego al que, sin duda, más horas he echado en toda mi vida? No exagero, de verdad. Es una pena que ya no exista ninguno de mis personajes aunque el servidor sí sigue en activo, pero hace… ¿cuántos años? ¿Seis quizá? No lo recuerdo. Pero sí que vi en una única ocasión la ficha de mis estadísticas (sólo una vez porque la implementaron justo y yo ya no jugaba) y me asusté. Más de 1.000 horas de juego con mi personaje inicial… era mucho demasiado.
Bien es cierto que una de las razones por las que dejé de jugar fue por todo este tiempo que invertía en un juego sin fin que me impedía de disfrutar de casi cualquier otra cosa, que por esto me ganara buenas broncas en casa, el nerfeo de mi pj fuerte cuando metieron el Lich King… Pero curiosamente ninguna de estas dos razones fueron las que me hicieron abandonar definitivamente las garras del WOW tras algo más de unos tres años ininterrumpidos de vicio. La auténtica razón era… que me destrozaba los nervios. Así abandoné una elfa de la noche hunter de nivel 80 (Tyranide), otra elfa de la noche druida nivel 80 (Shelena), otra elfa de la noche sacerdotisa de level 70 (Tindomerel), una draenei maga de nivel 70 y algo (Lina) y una pícara orca de nivel 70 y algo también (Ifta).
Sin embargo no quiero adelantar acontecimientos, prefiero de hecho empezar precisamente por los puntos positivos que podemos extraer de un juego en el que participan millones de jugadores de todo el mundo.
AVISO: si os ponen de los nervios las palabras técnicas de los juegos, este NO es vuestro post. xD (Madre, en algunos momentos he tenido que concentrarme mucho para recordar el lenguaje del WoW y aún así no conocía mucho de la terminología). Palabras que he subrayado y puesto en cursiva.
Reflexiones: La hipocresía de las redes sociales
La moda no es algo que deje indiferente a nadie, ni siquiera a mí que siempre me he jactado de no seguir las modas. Pero decir eso sería una mentira, en cierto modo. Me explico: si algo no me gusta nada pero nada nada, por muy de moda que esté la menda no va a caer. Por ejemplo, el tabaco siempre está de moda entre los jóvenes pero yo jamás he probado una calada, bastante he inhalado con dos chimeneas empedernidas que tenía en casa.
Pero con la experiencia y mi propia debilidad he aprendido que nunca debes decir «de este agua no beberé» – por mucho que lo siga diciendo es sólo engañarme a mí y a los demás que me rodean – porque tarde o temprano es posible, aunque no seguro ojo, que caigas en lo que tanto reniegas.
Las redes sociales son el mejor ejemplo. Hace muchos años me hice Tuenti (cuando era exclusivo que necesitabas invitación interna) por acercarme a un grupo de amigos, años después también me hice facebook porque ahí estaban otros amigos que hice jugando al WOW y que viven, como se suele decir, «al otro lado del gran charco». Twitter no me gustaba pero ahora le he cogido el gusto por culpa del canal… etc. En otros casos he sido yo la que ha atraído a la red gente y no a la inversa, sin quererlo ni rogando.
Y sí, admito que enganchan y te hacen pasar buenos ratos, mantienes contacto con gente que de otra manera lo mismo no puedes (por eso del charco o porque vivan en otro punto de tu país por decir algo) y te entretienes en ratos muertos viendo vídeos, viñetas y gifs de todo tipo… pero precisamente gracias a todo esto he comprendido lo dañinas, falsas e inútiles que pueden llegar a ser las redes sociales.