Muchos de los que acostumbran a hablar sobre Mundo Angol suelen referirse a este pequeño rincón de la red como «el blog-semáforo», inducidos por la asombrosa capacidad de su creador para publicar entradas, reseñas y análisis de una manera atemporal, ignorando tanto la periodicidad como la puntualidad, y elaborando absurdas excusas que tratan inútilmente de esperanzar al pobre, inocente lector que entra cada semana a este pequeño rincón de mi vida tratando de encontrar temas interesantes, juegos ocultos o simplemente pasar un buen rato.
Mundo Angol siempre ha tenido una fluidez de entradas que yo mismo me obligaba a seguir, bien por temas de facilidad lectora, ya que desde el punto de vista del lector me parece mucho más sencillo seguir un blog con entradas puntuales cada fin de semana, para evitar la obligación de entrar cada tres o cuatro días esperando algo nuevo y llevarse una decepción al no encontrar nada; como por temas internos de dirección, pues si cada semana escribía una entrada, redactar acabaría convirtiéndose en costumbre y me sería mucho más difícil dejar el blog de lado o perder interés en la escritura.