¡¡TOCA HABLAR DE TERROR!! Sí, ese género que resurge y se revive cuando conviene, como durante estas fechas que se acerca la noche de brujas, las adopciones de Halloween y las ofertas en los diferentes stores de videojuegos, DLCs y expansiones de terror. Pero yo hablo de terror porque es mi género favorito en todo oigan, no porque se acerque el día de todos los Santos, el que nos lo vayan a meter hasta en la sopa y coincida con su subida de SEO es una mera coincidencia.
Las gafas VR ya están aquí y no quieren ser una moda pasajera ni un efecto kinect. La VR ha llegado para quedarse o al menos eso van a intentar todas las compañías que han apostado por ella. En el caso de PlayStation, de salida sus VR ya tienen unas cuantas… demos para sacarle partido (¡ah no! Que para sacarle partido además de las VR hay que adquirir una PS Camera, así muy parecida al kinect impuesto por Microsoft, y unos mandos Move, de los que debe haber un buen alijo en la recámara de sus almacenes).
La inmersión en un videojuego a través de las VR es innegable, una vez acostumbrados los ojos y perdida la sensación de vértigo, estamos preparados para vivir los juegos en una verdadera primera persona (experiencia perruna en PS VR, porque con los cables vas atado a la consola como cuando sacas a pasear a tu mascota).
En fin, que me pierdo, voy a dejar de lanzar indirectas críticas al aire y centrarme a lo que he venido en la entrada del blog de hoy: videojuegos de terror en VR.