Persona 5 (primeras impresiones tras 50 h de juego).

Tomás Lorite adicción, análisis, Argumento, jrpg, jugabilidad, moral, Persona 5, Videojuegos

Si creéis que el encabezado de esta entrada va con ironía… pues estaréis en lo cierto. Pero empecemos por el principio. Porque todas esas horas (quitadas de vacaciones, de estudio, de vida social, de sueño…) nunca estuvieron destinadas a Persona 5. Pero inexplicablemente (e inserte aquí sonido de platillos) estos ladrones fantasma me han robado el corazón, han cambiado mi conciencia y aquí me tenéis, obligado a convenceros de que esto no es un juego más, que no podéis dejarlo pasar, bajo ningún concepto. Como a punto estuve yo de hacerlo. Aunque creáis que no os atrae nada su premisa (yo odio los shonen estudiantiles), aunque no os gustasen los anteriores Persona, aunque vuestro nivel de inglés sea bajo… no os dejéis engañar por las apariencias. Porque merece la pena invertir en él todos y cada uno de los minutos que requiere, y no os costará esfuerzo alguno, pues tal es su enorme componente adictivo basado en la recompensa constante y el avance sistemático de la intrigante trama.

Obviamente en un título que dicen que se puede ir perfectamente a las 100 horas tan solo para completar su trama principal y a unas 200 si añadimos misiones secundarias (esto es mentira, el juego NO TIENE MISIONES SECUNDARIAS E INSULSAS, TODO ES TRAMA con consecuencias reales en la jugabilidad), quizás estas 50 primeras horas parezcan pocas para poder hacer una reseña al uso. Soy consciente de que llevo 1/4 del juego y por tanto no voy a entrar a profundizar en los temas sociales, morales y filosóficos que trata. Pero al mismo tiempo son muchas, muchísimas horas, sobre todo si caemos en comparaciones, acostumbrados a una generación que lanza juegos a medio hacer de menos de 10 horas, o alargados con relleno (previo pago de DLCs), para luego terminar de retocar sus mecánicas jugables mediante bochornosos parches post lanzamiento. Aquí con eso no da ni para el prólogo, con todo el mimo, pasión, respeto y buen hacer que demuestra en todas y cada una de sus múltiples facetas. Atlus se ha sacado la chorra y se la ha restregado a toda una industria podrida y complaciente que se rie en nuestra cara, casi tanto como esa sociedad que nos rodea condicionando nuestra conducta y a la que critica de forma sistemática durante el transcurso de su genial juego, incitándonos a tomar acciones contra lo preestablecido, a ser disidentes a pesar de que eso nos lleve a ser etiquetados como parias sociales por los verdaderos criminales, aquellos férreamente institucionalizados. Ha dejado en evidencia a todos aquellos que decían que el género del JRPG estaba muerto (cof cof Final Fantasy cof cof) y no había manera de hacer unos combates por turnos atractivos con respecto a los estándares actuales de diversión e inmediatez. Pues bien, lo digo ya, estos son LOS MEJORES COMBATES POR TURNOS QUE HE JUGADO EN MI VIDA. Así, sin vaselina ni nada. Dios, es que si me dejase llevar por la emoción, tan solo escribirá COMPRÁROSLO YA INSENSATOS QUE NARICES HACÉIS QUE NO ESTÁIS JUGANDO A ESTA MIERDA JODER ES LO MEJOR QUE HAN VISTO VUESTROS JODIDOS OJOS EN VUESTRA PUTA VID… Vale paro ya. Repongámonos.

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Análisis y reflexiones sobre NieR: Automata.

Tomás Lorite análisis, jrpg, NieR Automata

Parece ser que he sido uno de los primeros afortunados de la comunidad de Zona Delta en poder acabar NieR: Automata, y motivado por este hecho y creyendo necesario aclarar un par de puntos totalmente libres de spoilers que creo importantes para quienes no hayan podido jugar todavía (y que no aclaran en ninguno de los análisis que he leído hasta ahora), procedo a dar unas impresiones más sensitivas que técnicas sobre la calidad de dicho título, para posteriormente y tras previo aviso, entrar en el terreno de los spoilers, desmenuzando las claves de la trama, así como aquellos puntos que me han resultado más llamativos. Todo el exhaustivo análisis estará adornado con imágenes capturadas desde mi consola.

Al mismo tiempo adjuntaré al final unos cuantos artículos, con especial deferencia de uno en concreto (y en un inglés bastante básico, fácil de traducir con el buscador de turno si os hace falta) que trata todas las repercusiones filosóficas y existencialistas de nuestros actos durante el juego. 

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Segundo Impacto

Tomás Lorite

Me hace gracia cuando la gente dice que busca una pareja que sea atractiva, graciosa y detallista. De esas expectativas irrisorias nacen vuestros fracasos, no de las tres frases mal puestas para resultar ingeniosas del mediocre poeta tuitero de turno.
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Extracto II

Tomás Lorite Extracto, Italo Calvino

—Porque una vez que has empezado —predicaba—, no hay razón alguna para detenerse. El paso entre la realidad que ha de ser fotografiada porque nos parece bella y la realidad que nos parece bella porque ha sido fotografiada, es brevísimo. Si fotografías a Pierluca mientras levanta un castillo de arena, no hay razón para no fotografiarlo mientras llora porque el castillo se ha desmoronado, y después mientras la niñera lo consuela mostrándole una concha en medio de la arena. Basta empezar a decir de algo: «¡Ah, qué bonito, habría que fotografiarlo!» y ya estás en el terreno de quien piensa que todo lo que no se fotografía se pierde, es como si no hubiera existido, y por lo tanto para vivir verdaderamente hay que fotografiar todo lo que se pueda, y para fotografiarlo todo es preciso: o bien vivir de la manera más fotografiable posible, o bien considerar fotografiable cada momento de la propia vida. La primera vía lleva a la estupidez, la segunda a la locura.

—Más loco y estúpido serás tú —le decían los amigos—, y además un pesado.

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Extracto I

Tomás Lorite Carson McCullers, Extracto, Literatura

“En primer lugar, el amor es una experiencia común a dos personas. Pero el hecho de ser una experiencia común no quiere decir que sea una experiencia similar para las dos partes afectadas. Hay el amante y hay el amado, y cada uno de ellos proviene de regiones distintas. Con mucha frecuencia, el amado no es más que un estímulo para el amor acumulado durante años en el corazón del amante. No hay amante que no se dé cuenta de esto, con mayor o menor claridad; en el fondo, sabe que su amor es un amor solitario. Conoce entonces una soledad nueva y extraña, y este conocimiento le hace sufrir. No le queda más que una salida, alojar su amor en el corazón del mejor modo posible; tiene que crearse un nuevo mundo interior, un mundo intenso, extraño y suficiente. Permítasenos añadir que este amante del que estamos hablando no ha de ser necesariamente un joven que ahorra para un anillo de boda; puede ser un hombre, una mujer, un niño, cualquier criatura humana sobre la tierra.

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Síncope

Tomás Lorite

Amanecía, y de pura inconsciencia las mañanas otorgaban a su estado de ánimo un lapso de sentido vital que trataba de contagiar y prolongar cuanto fuese capaz al resto de su jornada.

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Impacto.

Tomás Lorite relato

Llevo años entrenando la natación, he perfeccionado mi técnica y puedo aseverar sin ronrojo que se me da bien. Hoy tras corroborar mi buen estado físico en mi entrenamiento vespertino, me he metido en la sauna con el fin de liberar toxinas mediante la sudoración de mi piel desnuda.
Poco antes una familia entraba en la piscina cruzando el arco que da la bienvenida al recinto deportivo. El joven marido, tras las indicaciones dadas por su mujer desde el borde del carril, acababa de sacar del plástico un gorro aún sin estrenar, perteneciente a la máquina expendedora que se oxidaba en la húmeda y nublada intemperie contigua a la entrada del edificio. Tenía la espalda peluda y uno de esos torsos ventrudos, duros y con forma de balón de fútbol tan significativos tras la constitución definitoria de un núcleo familiar cómodo y poco exigente. A través del vaho de la puerta traslucida he observado cómo de remolón se preparaba para tirarse al agua, y aunque casi era la hora del cierre, no se daba ninguna prisa, como quien actua por compromiso ajeno y no por convicción interna. Madre e hijo chapoteaban en la calle anexa a la que había sido mía hasta hacía escasos minutos, ajenos a toda preocupación.
Alguien que abre la puerta de la sauna me distrae, acompañado de una bocanada de aire externo que me provoca un ligero escalofrío. Y para cuando vuelvo a fijar la vista en mi antiguo carril, el marido lleva ya recorrido un tercio de este. Me fijo en lo despacio que avanza, pues apenas sabe bracear. Sus piernas caen inertes hacia el fondo, generando resistencia, y cambia de estilo a medio camino, para descansar ciertos músculos fatigados. Que si ahora crol, que si ahora espalda. Por su forma de boquear noto cómo no consigue mantener una respiración constante, se asfixia a cada metro sobrepuesto.
Me estoy sonriendo, con cierta condescendencia otorgada por mi presunción. Y entonces me fijo en cómo sus brazos se elevan por encima del surco de espuma que levanta. No entran de forma delicada, permitiéndole así deslizarse con armonía por debajo del agua. No, golpean con saña su superficie, haciéndose daño. Imagino que tiene pánico de no resistir lo suficiente como para llegar al bordillo que le espera al otro lado, o teme quedarse parado y hundirse en su propio peso. También me imagino a sus capilares, tan frágiles ellos, rompiéndose y acumulando sangre por extravasación en la superficie de su antebrazo. Su estela en cambio se difumina rápidamente. Entonces pienso en ti. En como yo soy ese obstinado brazo ejecutor, y en como tú eres esa oscura superficie tibia que refleja la luz de los focos alógenos del techo, fluctuante y al cabo de un corto lapso de tiempo impertérrita a mi paso.
Y entonces dejo de sonreír. Salgo rápidamente, me dirijo a los aseos, me tomo una última ducha de agua fría, me cubro con mi armadura de poliéster. Atravieso el arco, aún no he decido si del triunfo o de la derrota. Fuera me espera la lluvia.