Elliot Ness, Al Capone, niños desaparecidos, el dirigible Hindenburg, unos asesinatos macabros y los años 50. Pocas cosas son más sugerentes para contar una buena historia de género negro.
Santa Esperanza, 1955. Elliot Ness hace mucho que se retiró de la policía y regenta una cafetería cuando algo hará que vuelva a algo más emocionante que la tarta de arándanos. Un enorme emisario con un cierto parecido a Michael Clarke Duncan le llevará una bala, la misma que veinte años antes le había arrojado él a la cara cortada de Capone. Sigue leyendo Blues and Bullets