Después de un juego de estrategia realmente horrible y un juego de rol que no podía ser más mediocre me llevé el alegrón de que ya no era Cyanide los que iban a seguir masacrando un universo tan rico y bien elaborado como el de Poniente. Prácticamente cualquier cosa hubiera sido mejor pero la suerte quiso que cayera en las competentes manos de Telltale.