El humor y la jugabilidad directa es algo que suele escasear en los videojuegos, por ello, cuando encuentro alguno que mezcle ambos elementos lo celebro, pero si además el juego que tenga esta mezcla resulta ser muy bueno, estoy de celebración. Crash Bandicoot 3 es un juego en el que paras de jugar porque estás tirado en el suelo sin parar de reírte, pero además, es seguramente el mejor plataformas que he podido el placer de probar.

Si, es cierto, tiene escenas cienmáticas, pero si las quitamos, tenemos un juego en el que básicamente tenemos que avanzar, saltar y seguir avanzando. Y si queremos, solo si queremos, podemos dedicar una buena cantidad de horas a completar todos los secretos.

Gráficos excelentes, música muy característica, buena duración, control extremadamente depurado, artísticamente muy logrado… y te ríes mientras juegas. Una maravilla.