La nostalgia es muy peligrosa. El paso del tiempo endulza los recuerdos y los asocia con lo que disfrutamos en el momento que podía ser más con quien veíamos una película, por ejemplo, que la auténtica calidad de la misma.
Pero puede ser peor, puede pasarle a gente que eche de menos la serie de Batman de los 60 y, aún peor, que decidan que es buena idea hacer una nueva película.
En mi opinión esa serie no debió existir nunca, representa lo peor de una adaptación de un cómic a una serie de televisión. Es bochornosa, lamentabla hasta el extremo, está hecha con una mezcla de estulticia y horterismo que avergüenza al fan más acérrimo de Batman.
Vivimos en una época en la que se mira al pasado, no sé si porque el presente es una terrible mezcla de corrupción, paro, terrorismo y cambio climático que no invita al optimismo, pero es un hecho.
Después de convertirse en el guionista de cómics más importante de los 90 Neil Gaiman decidió ser escritor y su tercera novela en solitario, American Gods, fue la reafirmación de que su talento es inmenso. Starz, 16 años después de su primera edición, ha producido una serie sobre la misma y apostando por talentos de primer orden.
